PINTURA DEL CINQUECENTO. MIGUEL ÁNGEL,
RAFAEL Y LEONARDO.
1-CARACTERÍSTICAS
GENERALES
Resueltos
los problemas técnicos, puede decirse que la pintura italiana del Cinquecento
no tiene otra preocupación que la del
contenido. Se rinde culto a la
belleza. Se propugna un ideal claro y simple, concentrando el interés en
unas pocas figuras monumentales que sacuden el detalle.
Lo anecdótico desaparece, los marcos
arquitectónicos se reducen al mínimo. El arte de componer consiste en la
ordenación de unas pocas masas dentro de esquemas geométricos sencillos. Para
mejor fijar estos ideales de belleza, se busca lo impersonal, el cuerpo humano
desnudo, como en el clasicismo griego. Es la gran importancia del desnudo femenino. El movimiento es, no
obstante, todavía una viva obsesión. La
luz se emplea ahora de distinta manera: se torna aire respirable que espesa
como un líquido y tiende a borrar el perfil de las figuras. La pintura se hace
propiamente pintura, lo que indica que los pintores no se acuerdan ya de los
escultores.
Florencia
sigue acaudillando el Renacimiento, pero sus maestros emigran a Roma donde nos dejan sus mejores obras.
A pesar de todo, en la pintura del Cinquecento no podemos hablar de una unidad
estilística. Aparte de Roma y de Florencia, la Escuela Veneciana adquiere personalidad propia y admirada.
RASGOS
GENERALES DEL CLASICISMO RENACENTISTA.
TEMAS: en los
temas no hay cambios, los religiosos
siguen siendo los más numerosos, pero ahora el artista es totalmente libre y se
interesa más por la forma que por el fondo. Se gana profundidad en el retrato, ahora resultan muy fieles y
muestran aspectos psicológicos del retratado. Un tema importantísimo será el paisaje, con un mayor protagonismo,
que empezará a formar parte esencial de
la obra. En muchos casos adquirirá un valor romántico, en especial en la
Escuela Veneciana, donde ocupará la posición principal relegando a un segundo
plano a las figuras.
COMPOSICIONES: frente
a las muchedumbres del Cuattrocento, ahora las composiciones se simplifican, se
prescinde de elementos secundarios quedando sólo los protagonistas principales.
Predominan las composiciones triangulares (valor armónico y místico del nº3).
TÉCNICA: se consigue el máximo apogeo. Se sustituye la
perspectiva lineal por la perspectiva
aurea, que utilizando contrastes de luces y sombras resulta mucho más
natural. Se avanza en el tratamiento de la luz; frente a la luz homogénea del
Cuattrocento ahora hay un interés por los contrastes más acusada. Destacamos el
claroscuro. Los colores varían gracias al tratamiento de la luz, la gama es
armónica, combinando los tonos grises con los tonos calientes. Hay equilibrio
entre el dibujo y el color. Teniendo en cuenta la personalidad de los artistas
el tratamiento será diferente; ejemplo Miguel Angel resalta sus figuras a base
del dibujo, mientras que Rafael y Leonardo utilizan el dibujo de forma
difuminada, utilizando el sfumato.
2-MIGUEL
ÁNGEL.
El máximo
genio del Cinquecento es Miguel Ángel Buonarrotti (1475-1564). Hombre
polifacético (pintor, arquitecto, poeta, pero ante todo, y como él mismo
prefería, escultor) se educó en Florencia. Dado su gusto por la escultura, sus
pinturas tienen una influencia escultórica evidente, con el predominio absoluto
del dibujo, su interés por el volumen y su escaso interés por el color. De su
primer periodo en Florencia cabe destacar La Sagrada Familia, concebida como un
grupo escultórico. De allí se trasladó a Roma, donde, debido a la presión del
Papa Julio II, Miguel Ángel dejó en el techo de la Capilla Sixtina una obra
maestra de la pintura, el mayor conjunto pictórico del Renacimiento, lleno de
fuerza y poder. Destaca en el conjunto la Creación de Adán. En 1543 pinta el
Juicio Final en el testero de la Capilla Sixtina; en él aparece su
"terribilita" sobrehumana, el desbordamiento dramático y la violencia
pesimista que anuncian ya el manierismo. En este conjunto un Dios justiciero y
completamente desnudo atemoriza y domina incluso a los grandes personajes del
cristianismo y a los elegidos, mientras que los condenados caen hacia el
infierno de representados mediantes escorzos, muy del gusto del autor. Los
desnudos de ambos conjuntos provocaron que posteriormente se ordenase cubrirlas
partes del cuerpo consideradas obscenas. En cuanto a técnica y estilo, dada su
vocación de escultor su pintura pone el punto de atención en el dibujo
anatómico y el volumen, dejando de lado el paisaje y el colorido y
concentrándose en construir figuras poderosas en actitudes móviles y
escorzadas.
3-RAFAEL.
Rafael
Sanzio (1483-1520) nació en Urbino, y fue discípulo de Perugino. Al acabar su
formación se trasladó a Florencia, empezando inmediatamente una sucesión de
éxitos y reconocimientos a su obra.
La
corta vida de Rafael Sanzio le impidió
dar la medida completa de sus posibilidades. Pero en la pintura su calidad
alcanzó altísimas cotas, tanto en la pintura al fresco (estancias del Vaticano)
como las de caballete; así muchos autores ven en él la mejor representación de
la perfección del clasicismo. El Parnaso y la Escuela de Atenas muestran la
fusión entre los ideales antiguos y cristianos típica del Humanismo, entre las influencias
de Leonardo y Miguel Ángel y sus propias aportaciones originales, que mezcla en
un crisol a través de su propio filtro de genialidad. Es el creador de un nuevo
género, el gran cuadro de altar. Al final de su corta vida su obra comienza a
mostrar rasgos de nerviosismo y crispación que anticipan ya el Manierismo. Sus
discípulos se esparcieron por Italia tras el saqueo de Roma en 1527. Entre
ellos destacan Julio Romano, Correggio, Andrea del Santo y Pontorno.
4-LEONARDO
DA VINCI.
Leonardo
da Vinci (1452-1519) es originario de Florencia, donde se formó en el taller de
Verrochio. Constituye el prototipo de hombre renacentista, que abarca múltiples
disciplinas del arte y del saber, entre las que la pintura es una más. Fue un
viajero incansable, trabajando, como ingeniero y como pintor, para muchos de
los grandes mecenas de la época.
Aunque
en realidad pintó poco, Leonardo introdujo en la pintura una novedad
completamente revolucionaria: el método científico que se basa en la
observación de la naturaleza. Ello lo plasmó en su obra "De Pintura",
en la que sostiene que la pintura se plasma mediante tres perspectivas: disminución
de las figuras, disminución de las cantidades y disminución de los colores.
Introduce en sus obras el movimiento y la luz, esta última concebida como una
lenta fusión del negro y el blanco: el claroscuro. Todo ello se traduce en la
pérdida de importancia del dibujo en beneficio del color, suavizando para ello
los contornos por medio de la técnica del sfumato (esfumado). Esta técnica da
como resultado la creación de una especie de niebla imprecisa que difumina los
perfiles y produce la sensación de inmersión total en la atmósfera, lo que da a
los paisajes una misteriosa dimensión y a los personajes un encanto distante y
enigmático.
Entre
sus obras principales podemos destacar “La Virgen de las Rocas”, “La Dama del
Armiño”, “Santa Ana con la Virgen”, el fresco “La Última Cena” y la “Gioconda”.
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